Había ido de nuevo al bosque en busca de plantas para el armario. Ya casi no me quedaban y necesita seguir practicando la medicina humana, que es lo que me ocupaba en ese momento. Los humanos podían curarse con plantas, era lo mejor. Pero tenía que buscar bien y luego dejarlas bien guardadas. Si Loi las encontraba por ahí las botaba por mucho que yo protestara. Fruncí el ceño, pero me relajé luego riñéndome por lo resentido que era... mi peor defecto. Apreté los labios y continué la búsqueda con tranquilidad cerca del claro del bosque.
Luego que anocheció, salí de allí con la mochila cargada de plantas y volví a casa.