La playa

Nunca había estado tan lejos de casa. El pájaro haai me había llevado hasta allí después de que mi caballo me hubiese dejado tirada en el bosque de Awa.
Me encontraba en una isla, en una extensa playa. Bajé de mi montura agradecida de poder pisar tierra firme. Miré a mi alrededor encontrandome con una figura a lo lejos.

Alcé la mano también a modo de saludo. Me acerqué con algo de precaución, últimamente habían pasado tantas cosas que me costaba fiarme de la gente
-Hola -dije cuando ya me encontraba más cerca, lo suficiente como para que pudiera oírme.

Me sorprendí por ese trato tan amable. No me lo esperaba, pero fue agradable.
-Me llamo Alanna -sonreí de buena gana- lo mismo digo Nero, un placer.

Me quedé de pie, observándole detenidamente
-Eres un yan ¿no es cierto? estás lejos de tu hogar ¿Qué te ha traido a este lugar? -era un comentario un tanto tonto, pues yo estaba aun más lejos de la mía.

Me dejé caer de rodillas en la arena, mirándole con los ojos abiertos como platos
-Un yan aburrido del desierto -exclamé sin salir de mi asombro- pensé que que a vosotros nunca os cansaría, que lo adorabais... -me mordí el labio por lo que dije- perdona mis comentarios, es que... es algo que nunca me hubiese esperado.

Asentí a eso último que dijo
-Eso mismo voy a empezar a hacer yo. Tengo ganas de conocer otros lugares, no me gusta estar en el mismo sitio mucho tiempo, apenas pude salir de mi hogar.

-No había pensado en eso -crucé mis brazos sobre el pecho, luego me llevé un dedo a los labios en actitud pensativa- pero puedes conocer a mucha gente por el camino, supongo que eso compensa ¿no?
Me volví al escuchar a alguien más por allí
-Buenas ^^ -saludé.

-Yo soy Alanna -dije respondiendo a su presentación.

Le devolví una sonrisa
-No pasa nada... ¿pocos días que estás en Idhún? -la miré detenidamente, sin lugar a dudas era una feérica- ¿de donde vienes entonces?