En la entrada de la ciudad, a la izquierda, se extiende una enorme casa que supera la muralla en altura. Es un gran establo construido para aquellos caballos necesitados de agua y descanso. Tiene varias cabinas repletas de paja y pienso. Hay tres grandes bebederos públicos y uno pequeño en cada cabina. El establo está iluminado por una gran ventana situada arriba del todo.