La entrada de la ciudad es una gran entrada de dos puertas de caoba, alrededor de la entrada se extiende la enorme muralla de Vanis y sobre las puertas hay arqueros dispuestos a lanzar sus saetas a aquellos que no sean caballeros necesitados de hospedaje o guerreros valientes de Vanis. Las puertas siempre estás abiertas, pero para entrar hay que cruzar un puente que está levantado siempre. Sólo los guardias puedes bajarlo.