Establo

Llegué por casualidad a aquel lugar.
Tanto calor y tanta arena me tenían agotada, así que me refugién en el primer sitio con sombra que encontré.

-¿Nero? -dijo sorprendida al volver a verle- hola... ¿qué tal?

Esbocé una media sonrisa
-Bien... bien... supongo que bien, algo desorientada -miré a mi alrededor- no se como he acabado llegando aquí...

Me eché a reír por lo bajo
-El destino o el septimo para intentar alimentar a alguna de sus criaturas como la otra vez -sacudí la cabeza- supongo que este será un sitio más seguro, con tanto calor como hace en este lugar ningún shek se atrevería a aparecer...

Me asomé al lugar donde deberían estar las monturas
-¿No teneis caballos por aquí? -pregunté con curiosidad.

Enarqué una ceja y me apoyé en una pared mirando con curiosidad a aquel animal
-Nunca había visto uno de esos...

-Creo que me gustan más los caballos y eso que hasta ahora no he tenido muy buena experiencia con ellos... -sonreí apartándome de los torkas- ¿Y tú? ¿Cómo están tus heridas? ¿Ya sanaron?

-Físicamente bien, mejor que nunca -le devolví una sonrisa y suspiré- pero por el momento no puedo volver a casa, mi caballo se perdió con todas mis cosas... supongo que en cuanto a eso, no muy bien.

-No te preocupes, se perdió en el bosque de Awa, ya me han dicho que me olvide de él... que habrá salido de ese lugar si no es que está muerto.

-Y lo soy -respondí de forma convincente- de no ser así, no hubiese llegado hasta este lugar por mi propio pie.

Me quedé mirándole mientras paseaba
-¿Va todo bien?